Soñó, edificó y conquistó. Así se resumen la vida como dirigente de Roberto Paz Limpias, que falleció ayer a los 72 años y que durante 20 años estuvo al mando de Blooming en dos periodos, entre 1977-1995 y 2001-2002. En el club celeste fue jugador, socio y presidente, etapa en la que consiguió dos de sus sueños: adquirir una sede (1983) y lograr la primera corona de campeón nacional para el equipo de sus amores (1984).
Don ‘Tito’ Paz, como lo conocían sus allegados, dejó de existir en la madrugada de ayer, por complicaciones con la diabetes que padecía, una enfermedad que lo tuvo a mal traer en los últimos años. Su último suspiro lo dio en su domicilio, ubicado en la zona del Country Club Las Palmas, donde desde hace tres días estaba en coma profundo. Sus restos fueron trasladados al salón Manantial del velatorio Las Misiones (canal Cotoca y 2do anillo), y desde allí hoy (16:00) partirán al cementerio general para darle el último adiós.
Quienes lo conocieron aseguran que por el amor a la institución celestes incluso puso en riesgo su patrimonio. “Yo lo acompañé en la dirigencia desde 1981. Recuerdo que a pesar de que el club le debía más de 2 millones de dólares, él seguía poniendo plata de su bolsillo”, sostuvo Erwin Peredo, actual vicepresidente de Blooming. “Fue un maestro para los que estamos en esta camada de la directiva. Realmente él ponía lo paños fríos cuando había problemas”, agregó Carlos Bendeck, presidente de la academia.
Es que Don ‘Tito’, que también fue uno de los impulsores en la fundación de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, fue el que hizo de Blooming la gran institución que es ahora y que sus alumnos han logrado consolidarla. Precisamente en el año que asumió el mando del club celeste, también nació la Liga. De ahí en más, fueron varias las satisfacciones para la institución, pues el equipo en 1982 y 1983 se clasificó como subcampeón para la Copa Libertadores. Luego en 1984 los celestes lograron su primer título nacional, después de vencer a Bolívar en Cochabamba por 1-0, tras el recordado zapatazo de Milton Melgar. Allí, ‘Tito’ Paz producto de la felicidad se desvaneció, para luego reaccionar y llorar de alegría.
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