La falta de un presidente elegido en la Liga del Fútbol Profesional
Boliviano (LFPB), ha originado una crisis en la planta administrativa de
esta matriz y de no haber solución inmediata puede extenderse a los
doce clubes afiliados. La renuncia del cochabambino Mauricio Méndez ha
sido la causa de este mal momento, ya que junto al secretario general,
Roger Bello, son los que firmaban o aprobaban, de acuerdo a reglamento,
los ingresos y egresos de las arcas de la institución.
El interino no soluciona el problema. Las
dificultades en el seno liguero se dieron cuando tocó pagar facturas
de teléfono, expender cheques y cubrir múltiples necesidades que hay en
la estructura que maneja la Liga tanto en Santa Cruz como en
Cochabamba. "Menos mal que contamos con una caja chica que nos está
sacando del apuro", dijo ayer Juan Montaño, gerente administrativo de
la LFPB. ¿Y el presidente interino no puede solucionar el asunto?.
Arnulfo Cabrera asumió hace dos semanas el cargo de Méndez de manera
interina al fungir de Vicepresidente. La novedad es que este directivo
no tiene potestad, por estatutos y reglamento del máximo ente del
fútbol profesional, firmar documentación oficial y mucho menos firmar
cheques.
Los clubes. Ahora, esta situación ya empieza a preocupar a los clubes, que deben recibir cuotas correspondientes a los derechos de televisión. ¿Qué hacer? Se verán obligados a elegir a un nuevo presidente lo más pronto posible, aunque la última cita programada para el jueves pasado, se postergó debido a la falta de quórum.
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