El estadio Gran Mamoré, de Trinidad, de acuerdo al Reglamento General de Campeonatos, debe ser inhabilitado para los encuentros que restan de esta temporada, después de los hechos de violencia que se registraron a la conclusión del partido entre Real Mamoré y La Paz FC el sábado pasado.
En el artículo 56 del reglamento señala que de existir invasión del público, agresión al árbitro, jugadores o dirigentes, el estadio será inhabilitado de inmediato por la Comisión Técnica de la Liga, hasta que el caso pase a la Justicia Deportiva, que sobre la base del informe del árbitro y delegado emitirá una resolución final.
El sábado 13 de noviembre el partido lo iba ganando Real Mamoré en el primer tiempo por 2-0, pero en la segunda parte no pudo mantener el resultado y antes de finalizado el tiempo reglamentario llegó el descuento de La Paz FC. El partido iba 2-1 cuando el árbitro José Jordán determinó adicionar cinco minutos, y fue en el minuto tres de adición que llegó el empate de los “azulgranas”.
Una vez finalizado el encuentro, los jugadores de Real Mamoré rodearon al juez chuquisaqueño para reclamarle del porqué adicionó cinco minutos. Poco después llegó la Policía, pero en ese momento ya no eran sólo los jugadores los que insultaban e intentaban agredir al árbitro, sino varios hinchas que lograron rebasar las mallas con la finalidad de descargar su furia en el juez chuquisaqueño.
Los efectivos policiales, que pasaban de 20, poco pudieron hacer para cubrir al réferi, que recibía los golpes de los enardecidos hinchas y jugadores. Después de hacer un gran esfuerzo, los uniformados lograron conducirlo hasta los camarines. Poco antes, los jugadores de La Paz FC tuvieron que salir corriendo con dirección a su vestuario esquivando la lluvia de piedras y petardos lanzados por los hinchas de Real Mamoré.
Este hecho no sólo tendría que generar el cierre temporal del estadio Gran Mamoré, sino también la sanción a los jugadores que intentaron golpear al árbitro tras el encuentro, por lo que Real Mamoré debería buscar un escenario alternativo para recibir a San José el próximo domingo, debido a que el otro estadio de Trinidad no tiene las condiciones de seguridad. En ese contexto, los trinitarios tendrán que elegir entre los estadios habilitados por la Liga en el resto del país.
Hasta ayer se conoció que el informe del técnico aún no llegó a las oficinas de la Liga.
Artículo 56
Reglamento General de Campeonatos
El club que oficie de local será responsable de todos los actos antideportivos que se originen en su estadio y está obligado a brindar todas las seguridades y garantías del caso, de acuerdo al Código Disciplinario de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
En el caso de que el terreno de juego fuera invadido por el público, hubiera agresión al árbitro, jugadores o dirigentes, el estadio será inhabilitado de inmediato para el club que oficie de local, mediante resolución expresa emitida por la Comisión Técnica, hasta que la Justicia Deportiva, sobre la base de informes y antecedentes respectivos, dicte la resolución correspondiente. Si la agresión parte de la tribuna y el árbitro no suspende el partido, éste será sancionado de acuerdo al Código Disciplinario de la FBF.
Las sanciones descritas anteriormente serán emitidas de acuerdo a los informes del delegado y del árbitro y/o las pruebas de video.
El retraso o entorpecimiento del juego producido por los pasapelotas se considera como conducta antideportiva y se penalizará al club que oficia de local con la suma de 2.500 bolivianos. Para tal efecto se tomará en cuenta el informe del delegado de la FBF, del árbitro y las imágenes de televisión.
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